El G.A.M.E., tira la toalla, y lo hace con el convencimiento claro de que con el taxista, no hay nada interesante que hacer. Está claro que el taxista no se merece nada más que lo que tiene, navegar dentro de su propia miseria.

Así ha sido durante años, y es evidente, que así será durante siglos y siglos.

Su propia verborrea de arreglarlo todo, para no ser capaz de arreglarse a sí mismo, conlleva a ese egocentrismo barato que les obliga a trabajar cabizbajos. Incapaz de luchar por su propia dignidad, por su propio orgullo cuando se presenta ante los suyos, seguirá siendo ese hazmerreír social en el que nadie cree.

El G.A.M.E., lo intentó. Consideró que los tiempos no eran para menos. Ante una economía rota en cualquier casa, y ante una administración despreocupada e indiferente, creyó que era el momento de exigir, como mínimo un poco de decencia, pero al taxista, todo esto le importa un carajo. Por tanto, los miembros del G.A.M.E., conscientes de que no somos salvadores de la patria y de que sin los taxistas no podemos hacer nada, abandonamos esta lucha inútil y seguiremos en nuestra línea de debates en los foros de internet, algún que otro programa de radio, y una serie de tertulias y opiniones nostálgicas de lo que pudo ser y no fue.

El G.A.M.E., que nunca pidió nada a nadie, que no fuera el simple hecho de luchar por nuestros propios derechos, agradece de corazón el coraje y la fuerza de los ciento y pico taxistas que estuvieron con nosotros, porque en todo momento demostraron estar dispuestos a hacer lo que hiciera falta para salvar su honor como personas y como profesionales.Y al resto del colectivo, lo dejamos para que nos critique, nos indique de palabra lo interesante que sería cortar la diagonal, las rondas o la plaza Sant Jaume. Que sigan recordándonos que el taxi no está unido, que no tenemos pelotas, o cualquier otra sandez.

Ah por cierto, como noticia de última hora, acabamos de recibir la resolución del Imet, referente al tema de la contigentación del doble turno.. sólo será aplicable al autónomo, no al flotero. Creo que con esto hemos llegado ya al límite de lo racional.

Uds. mismos.