MADRID- «Buenas tardes, ¿es usted el propietario del taxi matricula 0000XXX? Tenemos detenido a su conductor en la estación de Atocha. ¿Podría acercarse hasta aquí?». Esta conversación, cambiando los números de matrículas y los lugares, se produce más habitualmente de lo que podría parecer entre los miembros del sector del taxi de Madrid y concluye, casi siempre, con la misma frase-desenlace: «este no es mi conductor». Los subarriendos o gestiones ilegales de las licencias del sector en la capital están a la orden del día y, según denuncian desde las principales asociaciones del taxi de Madrid, estos particulares «taxis patera» son un cáncer en el sector.
El valor actual de las licencias de taxi en Madrid ha caído en picado, y muchos de los taxistas que ahora tienen una licencia en propiedad no quieren venderla para no perder dinero en la operación. Como consecuencia de esto, ha surgido un mercado negro que no ha hecho más que provocar conflictos en el sector y que perjudica tanto a su imagen como a los clientes del taxi, que en ocasiones se encuentan con conductores no profesionales.
En concreto, el trapicheo consiste en que estos propietarios de permisos los «alquilan» por meses, semanas, días y, en los peores casos, hasta por horas. Varios puntos de los distritos de Fuencarral, San Blas o Barajas, en Madrid, o de las localidades de Alcorcón o Móstoles son testigos del intercambio de coches entre propietarios y los taxistas «sin papeles». Pero especialmente los taxistas con los que ha hablado este periódico hablan del polígono de la cerámica, en la A-3, como el principal punto de conexión entre taxistas y conductores ilegales que por un porcentaje de la recaudación, o directamente por una cifra que pagan por adelantado –el precio del alquiler mensual ronda los 600 y 700 euros–, se llevan el coche para empezar a trabajar sin siquiera firmar un contrato de trabajo antes de dar comienzo a su servicio. Esta práctica no es exclusiva de titulares de licencias y, según las mismas fuentes, también se han dado casos de conductores (contratados por los dueños del taxi) que realquilan el coche durante su jornada laboral para irse a trabajar a otro sitio. «Se aprovechan de gente que está en paro, que están dispuestos a cualquier cosa y a trabajar una burrada y siempre nos dicen lo mismo: “Si te paran tú acabas de empezar a trabajar”», explicó uno de los taxistas que participa en este negocio y que, por razones obvias, prefiere no desvelar su identidad.
Una práctica «vox populi»
En internet también abundan los anuncios sobre este tipo de prácticas: «Busco trabajo de taxista (Madrid)». Así abrió un nuevo «post» el pasado 11 de octubre en un foro de taxistas un conductor de 27 años que, con un año y medio de experiencia en el sector, se acababa, aseguró, de quedar en paro. Tras varios comentarios preguntándole sobre las condiciones de su despido, comienzan las sugerencias sobre la vía «pirata»: «Para trabajarlo sólo tienes que ir al polígono de la cerámica y ahí te dan un taxi en arriendo, te cobran por adelantado una parte del sueldo y, bueno, lo demas ya te lo explicarán allí».
Y es que el acceso a un coche sin necesidad de haber solicitado una licencia para ponerse al volante de este servicio público es relativamente sencillo. Es después, ya durante el servicio, cuando llegan los problemas: «Hace tiempo en Atocha un hombre se coló en la fila de taxis de la estación. Cuando le recriminamos su actuación nos dijo que su jefe le había dicho que él podía hacer lo que le diera la gana», explicó Francisco Esteban, ex presidente de Agetaxi y miembro de la Confederación del Taxi de España quien esta situación se debe a que «hay muy pocos controles (por parte de la Policía Municipal), lo que impide pillar a conductores que no están ni dados de alta en la Seguridad Social. Aunque a algunos, claro –confirma–, los cazan».
El artículo 7 del Reglamento del taxi de Madrid indica concretamente que «el titular o titulares de licencias no podrán en ningún caso arrendar, ceder o traspasar la explotación de la licencia y vehículo afecto a la misma». Sin embargo, desde el sector cifran en entre 800 y 1.000 (de un total de casi 16.000) las licencias subarrendadas de forma ilegal en la capital. Un negocio en el que, según estos datos, está involucrado más de un 6 por ciento de los taxistas madrileños.
Las tarifas suben desde hoy un 1,63 %
Coger un taxi ahora mismo en la capital será un 1,63 por ciento más caro que ayer. Hoy han entrado en vigor las nuevas tarifas, con un incremento por debajo de la subida del IPC interanual. Se ha incluido un nuevo coste fijo de 5 euros para los servicios solicitados por teléfono. Las tarifas por zonas y los suplementos de aeropuerto o festivos como Nochebuena y Nochevieja no se han modificado.
(Visto en La Razón)
Al final, la culpa de todo esto son las administraciones.
Se encargan de cobrar al que va legal, pero les faltan efectivos para sacar toda la competencia desleal que existe.
En todas partes hay quejas de prácticas ilegales. Los reguladores del servicio sólo les preocupa que haya servicio.
Ganan elecciones y colocan a gerentes desde la política para que pase a preguntar al taxista qué puede hacer.
Se ve que se les paga poco para que piensen “ellos” lo que se debe hacer. De este modo, cualquiera es gerente.
A ver si nos concienciamos que los problemas del taxi son provocados por las administraciones. Éstas son las que se tienen que encargar de garantizar el servicio con la suficiente calidad y de que la actividad tenga una rentabilidad razonable.
No somos nosotros los que tenemos que plantear soluciones. No nos pagan por ello. Los encargados políticos de regular el taxi están ahí por designación política, y nos dicen desde qué color debemos llevar en el coche hasta qué precio se paga por nuestro trabajo. Por lo tanto, que se expriman el coco y den soluciones.